«Haced lo que queráis, porque de todas maneras lo haréis mal», decía Sigmund Freud a las madres. Quizá fuera demasiado extremo, pero lo cierto es que con toda la buena voluntad del mundo, a veces los padres se equivocan. Todos querrían ver a sus hijos devorando libros y disfrutando al leer mientras aprenden sobre mil y un asuntos, pero en su empeño por fomentar la lectura, el tiro les sale por la culata. ¿Qué falla?
No «hay que leer». Ya lo decía el escritor francés y profesor de literatura Daniel Pennac en el ensayo «Como una novela» con el que lleva abriendo la mente a muchos padres y educadores desde hace 20 años: el verbo leer, como el amar o el soñar, «no soporta el imperativo». Leer es un derecho, no un deber. Es inútil obligar a leer y además resulta contraproducente porque no se transmite una afición por la fuerza. |
Los Bibliotecarios ofrecemos el tesoro de los remedios del alma. Con esto curamos la ignorancia, la más peligrosa enfermedad y el origen de todas las demás.
lunes, 24 de junio de 2013
Errores de padres en su afán de que sus hijos lean : ¿Por qué a muchos niños no les gusta leer? Quizá toda la culpa no la tengan la televisión y las consolas
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