Prof. María Leticia Méndez
Veamos en esta página cómo podemos hacer que nuestros amigos, los libros, nos duren por mucho tiempo en buenas condiciones.
• Los libros suelen acumular gran cantidad de polvo, para quitarles ese polvo basta con un plumero y tener el libro bien apretado para que el polvo que estamos sacudiendo no entre a sus páginas. No olvidemos limpiar los estantes.
• Es conveniente que el lugar donde se encuentren los libros no sea demasiado seco, ya que esto puede alterar o arruinar las hojas, además de deteriorarse la encuadernación. Por eso, es muy importante no colocar nunca los estantes para libros encima de estufas, calefactores o cualquier fuente de calor.
• Si la parte superior del libro se ha vuelto oscura, se puede pasar con mucho cuidado un paño apenas humedecido en alcohol de quemar y unas gotas de amoniaco.
• Si hay humedad, lo mejor es colocar un poco de talco entre las hojas, cerrar el libro y apretarlo con algún peso o una prensa durante varios días. Pasado este tiempo, retirar el peso y sacudir con un cepillo suave las páginas para retirar el talco.
• Si algún libro tiene las páginas pegadas, no debemos pensar que es irrecuperable. Colocamos las páginas sobre el vapor de agua y con mucha paciencia las separamos. Si es necesario, repetiremos la operación varias veces.
• Si necesitamos colocar insecticida, nunca debemos hacerlo sobre los libros, ya que podemos dañarlos irremediablemente.
• El estante donde ubiquemos los libros siempre tiene que estar plano, horizontal, no es conveniente que estén inclinados, ya que los libros tienden a deformarse.
• Cuando abramos un libro no debemos forzarlo, debemos respetar su ángulo original de apertura.
Es muy común que nos guste guardar flores dentro de las páginas de los libros, pero estas suelen manchar con sus jugos las hojas.
Veamos en esta página cómo podemos hacer que nuestros amigos, los libros, nos duren por mucho tiempo en buenas condiciones.
• Los libros suelen acumular gran cantidad de polvo, para quitarles ese polvo basta con un plumero y tener el libro bien apretado para que el polvo que estamos sacudiendo no entre a sus páginas. No olvidemos limpiar los estantes.
• Es conveniente que el lugar donde se encuentren los libros no sea demasiado seco, ya que esto puede alterar o arruinar las hojas, además de deteriorarse la encuadernación. Por eso, es muy importante no colocar nunca los estantes para libros encima de estufas, calefactores o cualquier fuente de calor.
• Si la parte superior del libro se ha vuelto oscura, se puede pasar con mucho cuidado un paño apenas humedecido en alcohol de quemar y unas gotas de amoniaco.
• Si hay humedad, lo mejor es colocar un poco de talco entre las hojas, cerrar el libro y apretarlo con algún peso o una prensa durante varios días. Pasado este tiempo, retirar el peso y sacudir con un cepillo suave las páginas para retirar el talco.
• Si algún libro tiene las páginas pegadas, no debemos pensar que es irrecuperable. Colocamos las páginas sobre el vapor de agua y con mucha paciencia las separamos. Si es necesario, repetiremos la operación varias veces.
• Si necesitamos colocar insecticida, nunca debemos hacerlo sobre los libros, ya que podemos dañarlos irremediablemente.
• El estante donde ubiquemos los libros siempre tiene que estar plano, horizontal, no es conveniente que estén inclinados, ya que los libros tienden a deformarse.
• Cuando abramos un libro no debemos forzarlo, debemos respetar su ángulo original de apertura.
Es muy común que nos guste guardar flores dentro de las páginas de los libros, pero estas suelen manchar con sus jugos las hojas.